¿Cómo debería ser la relación de un jefe con sus empleados?
Un tema muy interesante que vamos a tratar esta semana es la comparación entre la relación de pareja y la relación laboral. Es decir, cómo se parecen las relaciones de pareja a las relaciones entre líder o jefe y trabajador.
Índice
La pareja profesional
Hasta ahora las relaciones profesionales entre trabajador y empresario o entre trabajador y empresa se parecían a las relaciones paternofiliales, es decir, a una relación entre un padre y sus hijos, en la que el padre es quien dicta lo que se tiene que hacer, ordena, decide y el que regala o premia si se hacen las cosas bien o riñe si se hacen las cosas mal. Tradicionalmente, esa relación paternofilial entre padres e hijos se parecía mucho a la relación entre un jefe y un trabajador o el resto del equipo.
Sin embargo, esto está cambiando y está evolucionando hacia una relación profesional, más parecida a una relación personal, es decir, a la relación de pareja. Esta tendencia es lo ideal y es mucho más sano tener una pareja profesional con una serie de características que definen esa relación de forma que se parezca a una relación de pareja.
Otro ejemplo de este tipo de situaciones son las relaciones en las que el hombre era el que dominaba la relación porque traía el dinero a casa. En este caso, la otra persona era muy dependiente y estaba condicionada por él. Esas relaciones se parecen un poco a las relaciones laborales antiguas, en las que el gerente o el empresario era un dictador y tenía el poder y la fuerza.
Pero eso ha cambiado, ahora son dos personas iguales y lo que a nivel de pareja tenemos claro, a nivel laboral muchas veces no. No nos damos cuenta de que tenemos que enamorar a la otra parte porque no tenemos todo el poder, porque ya no vale el «porque sí y punto».
Confianza en las relaciones profesionales
Siguiendo con la comparativa entre las relaciones de pareja y las relaciones laborales, hablemos de la confianza.
Al principio, en una relación de pareja, nos vamos conociendo, no tenemos confianza absoluta en la otra parte y va pasando el tiempo. Si seguimos con esa persona seguimos porque tenemos confianza en ella, no estamos dudando en todo momento de si esa persona está con otra o si nos está diciendo o no toda la verdad; no dudamos y si seguimos con esa persona es porque confiamos en ella.
A nivel laboral ocurre lo mismo, una vez que ha pasado un tiempo, un periodo en el que hemos conocido laboral o profesionalmente a la otra persona, tenemos que estar enamorados de ella para seguir. Debemos tener la confianza absoluta en que está haciendo un buen trabajo, aunque no lo veamos. Debemos confiar en que puede trabajar desde casa y que va a rendir, que puede tener libertad de horario porque está mirando por la relación que tenemos, porque está mirando por la empresa. Tenemos que confiar y si no, es mejor no seguir.
Control sobre la otra persona (pareja-trabajador)
Imaginad que en una relación de pareja tuviésemos dudas constantemente de si la persona con la que llevamos mucho tiempo nos sigue queriendo o si está haciendo lo que nos dice o si necesitamos tener un control en todo momento de dónde está, qué hace o con quien está.
Justo eso es lo que pasa en una relación laboral tradicional, la que hemos conocido hasta ahora, en la que un gerente o un jefe tiene y necesita tener el control total sobre la vida laboral de su trabajador.
Si no, ¿por qué existen unos horarios rígidos de entrada y salida? Porque la presencialidad era la forma de controlar y saber que esa persona estaba haciendo su trabajo. Lo mismo pasa con los reportes continuos, incluso con los objetivos. El trabajo por objetivos no deja de ser un método para que el trabajador nos demuestre en todo momento su profesionalidad y su implicación con la empresa, cuando hay situaciones en las que deberíamos confiar en esa persona con independencia de que nos dé reporte o no o de que venga a la oficina. Es algo que va a cambiar y que se va a terminar pareciéndose mucho a una relación de pareja sana.
Caminos y cruces
Todos tenemos vida fuera del trabajo y esa vida nos lleva por diferentes caminos, pero es importante y necesario crear un espacio común en el trabajo en el que estar a gusto y ser felices. Pasamos mucho tiempo con las personas de nuestro trabajo y por eso es necesario crear un buen ambiente. Lo mismo hacemos con nuestra pareja, si no disfrutamos del tiempo que pasamos con ella, algo va mal, al igual que en el trabajo.
Por lo tanto, las relaciones laborales están evolucionando hacia un modelo que se parece mucho a las relaciones de pareja, donde tenemos que enamorar a la otra parte, confiar en ella, cuidarla y considerarla un igual, no alguien a quien debemos controlar. De esa manera, conseguiremos disfrutar de la gestión de personas, de nuestro lugar de trabajo y de nuestros compañeros y empleados y ser capaces de quitarnos esa máscara profesional que nos ponemos al llegar a la oficina
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