¿Qué es una organización Teal?

Tal y como se habló en un artículo anterior, las organizaciones Teal son modelos empresariales con tres pilares fundamentales (la autogestión, la plenitud y el propósito evolutivo) que definió Frederic Laloux y se afirma que es la forma más humana y natural de organización.

Por lo tanto, es un modelo organizacional que se basa en las personas y no en el producto o servicio final que la empresa comercializa. Se persigue el bienestar laboral global dentro de la empresa, es decir, que todo el mundo sienta que puede ser uno mismo en su puesto de trabajo y que los equipos vean en la empresa el lugar idóneo donde desarrollarse profesional y personalmente.

En resumen, la idea más relevante es que una empresa Teal va más allá del producto o servicio final y se preocupa por las personas de su equipo.

Beneficios de optar por un modelo Teal

Vamos a ver algunos de los beneficios que aporta elegir este modelo organizacional porque, si estamos inmersos en un método tradicional de trabajo, es muy posible que no hayamos caído en lo que nos puede aportar el modelo Teal.

Autogestión del equipo y supresión de jerarquías

Estos dos beneficios los ponemos juntos porque van de la mano. Eliminando los mandos intermedios y dándole a nuestros equipos la facultad de decidir y tomar decisiones seremos capaces de responder mucho más rápido a los problemas o situaciones que vayan surgiendo.

Eliminamos la necesidad de ir de un mando a otro preguntando si se puede hacer una cosa u otra. Este es el principio de la autogestión.

Sin embargo, la autogestión va mucho más allá. La autogestión pasa por la capacidad de tomar decisiones no solo sobre nuestro trabajo o sobre lo que ponemos o no en marcha, es autonomía y autosuficiencia, pasar del control a la coordinación. Esto podemos unirlo a medidas de flexibilidad para dar una libertad total, lo que requiere de un cierto grado de confianza entre el equipo y la empresa.

No importa si, en ciertos puestos de trabajo, la persona está en la oficina, en su casa o en un país extranjero, solo necesita ser consciente de sus responsabilidades y llevarlas a cabo, asegurándose de que, allá donde esté, puede hacer su trabajo de forma eficiente.

Crecimiento individual y crecimiento global de la empresa

Gracias a la autogestión, cada persona va avanzando y creciendo porque tiene unas responsabilidades que antes no tenía. Este crecimiento es individual porque es el de una persona en concreto, pero también es global porque se suma al del resto, por lo que la totalidad de la empresa avanza y crece.

Así conseguimos una empresa más eficaz y resolutiva, con un equipo que desarrollará cada vez soluciones más innovadoras para los problemas que surjan.

Motivación

La autogestión no deja de ser un acto que requiere de confianza mutua entre el líder y su equipo. Esa confianza lleva a la tranquilidad porque cuando confiamos en alguien podemos hablar con esa persona y pedirle ayuda, consejo o comentarle alguna situación que nos haya pasado.

Esta sensación unida a la autogestión en nuestro trabajo aumenta la motivación del equipo porque sienten que pueden crecer y evolucionar en la empresa y que es la propia empresa la que los ayuda en ese camino.

Si el equipo ve que la empresa es la que le anima a crecer, la motivación se dispara del mismo modo que lo hace cuando alguien nos dice que cree en nosotros. Ese es el mensaje que transmitimos como líderes, le estamos diciendo a nuestro equipo que creemos en ellos y que confiamos en ellos. Por lo tanto, la motivación crece exponencialmente.

Bienestar laboral

Todos estos beneficios tienen una meta que llega sola: el bienestar laboral. Es cierto que hay que tomar ciertas medidas para llegar a ella, como optar por la autogestión o apostar por una estructura horizontal, pero, a fin de cuentas, cuando valoramos a las personas que forman nuestra empresa se crea un clima laboral muy bueno.

Por lo tanto, si tenemos un equipo que trabaja a gusto, motivado, en un clima laboral bueno y que tiene la libertad para desarrollarse en su trabajo, lo que estamos haciendo es potenciar el bienestar laboral. De esta forma, nuestro equipo no sentirá que le cuesta ir al trabajo, que la oficina no es un lugar al que tengan que ir porque no queda más remedio.

Al contrario: lo verán como un lugar en el que desarrollar todo su potencial, donde la ayuda entre compañeros es lo más normal y donde se vele por su bienestar. En definitiva, verán que la empresa no los considera meros recursos, sino personas que hacen grande la organización.

Ahí, justo desde ese concepto debemos de partir para empezar a entrar en la dinámica Teal. Las personas son quienes hacen grande nuestra organización, gracias a ellas ofrecemos nuestro producto o servicio. Sin nuestro equipo no tenemos nada que ofrecer. Cuidémoslo, seamos unos líderes que ayuden a que su equipo crezca y se desarrolle y a que el trabajo no sea el que domine nuestras vidas. De esa manera, nosotros como líderes nos descargaremos de un peso enorme y empezaremos a disfrutar de la gestión de personas.