La flexibilidad laboral y teletrabajo en la empresa
Índice
¿Qué es la flexibilidad laboral y qué es el teletrabajo?
Pese a que los conceptos de flexibilidad laboral y teletrabajo están muy unidos ahora mismo, conviene entenderlos por separado. La flexibilidad laboral forma parte del salario emocional, por lo que podríamos decir que es una medida. No es una medida concreta, ya que se puede implementar de muchas maneras. Dentro de la flexibilidad laboral encontramos la flexibilidad horaria o la flexibilidad del lugar de trabajo, por ejemplo. Si centramos la atención en la flexibilidad del lugar de trabajo, tenemos la opción del teletrabajo o trabajo a distancia.
Sin embargo, el teletrabajo se define como el trabajo que «se lleva a cabo mediante el uso exclusivo o prevalente de medios y sistemas informáticos, telemáticos y de telecomunicación» (BOE nº 253, Real Decreto-ley 28/2020 del 22 de septiembre, sec. I., pág. 79940). Este es el primer paso para ir más allá y dar la libertad de elegir desde dónde quiere trabajar nuestro equipo.
¿Para qué sirve la flexibilidad laboral?
La respuesta es depende de la empresa. Sin embargo, sí hay una parte de la respuesta que es común a todas: sirve para dar libertad a nuestros empleados. Pero, cuidado, no todo el mundo está preparado para saber gestionar esa libertad, hay que explicar y comunicar las cosas de forma clara.
Con medidas de salario emocional, como la flexibilidad laboral, estamos dándole a nuestro equipo un plus respecto a otras empresas y buscamos mejorar su calidad de vida y aumentar su motivación. Al igual que el resto de medidas de salario emocional, la flexibilidad es una forma para que los trabajadores se sientan más felices e integrados en la empresa, que se estén a gusto y que el trabajo no sea un obstáculo en su desarrollo tanto profesional como personal. En resumen, todas las medidas de salario emocional buscan la plenitud y la autonomía de los trabajadores dentro de la empresa.
De esta manera, no solo el empleado obtiene beneficios como la libertad, desarrollo profesional y personal o plenitud en su puesto de trabajo, sino que también la empresa se beneficia de estas medidas. Un trabajador motivado y totalmente integrado en la empresa desarrolla un sentimiento de pertenencia que le hace mirar más por la empresa y ser más productivo. Además, si se le da la posibilidad de tener autonomía en la toma de decisiones, puede encontrar soluciones y mejoras que hagan que la empresa sea más rentable o más eficiente.
Pongamos un ejemplo: imaginemos que nuestra empresa es un gimnasio en el que buscamos que nuestros clientes se sientan a gusto y que ir al gimnasio no sea un castigo para ellos, sino una actividad más dentro de su tiempo libre. Para ello, necesitaremos que nuestro personal transmita ese ambiente de familiaridad, de sentirse como en casa y, para que esto ocurra, nuestro equipo debe sentirlo también, deben sentirse valorados y que la empresa confía en ellos. Si les damos la libertad y la autonomía de organizar el tiempo de trabajo entre ellos, que fijen las clases que deben impartir o que se haga un reparto de tareas, entre otras cosas, y siempre con unos objetivos claros marcados por la empresa, estarán más motivados a la hora de ir a trabajar y se reflejará en el aumento de motivación y una mejora en el desarrollo de su trabajo que repercutirá en los clientes muy positivamente.
¿Por qué debería implementar la flexibilidad laboral o el teletrabajo?
Este modelo de trabajo ya estaba presente antes de la pandemia por covid‑19, pero con el confinamiento muchas empresas se vieron forzadas a implementarlo. Sin embargo, ahora que todo va volviendo poco a poco a la calma, debemos pensar en la adaptación de nuestra empresa a una nueva realidad en la que la flexibilidad laboral ya es una medida habitual al igual que el teletrabajo.
De hecho, el Real Decreto-ley 28/2020 del 22 de septiembre ya regula esta modalidad como una opción de trabajo que deben aceptar voluntariamente ambas partes. Si estamos abiertos a esta medida, o a otras que apuesten por la flexibilidad horaria o por la posibilidad de elegir si un trabajador desempeña sus labores desde la oficina o desde otro lugar de su elección días determinados, evolucionaremos y obtendremos una serie de beneficios.
Debemos tener claro que estar más horas en la oficina no significa trabajar más o ser más eficientes. En realidad, es posible que las maratonianas jornadas laborales día tras día acaben por desmotivar y desencantar a nuestro equipo porque para nadie es plato de buen gusto no poder compaginar la vida profesional con la personal. Esta, junto a la evidente reducción de costes, es una buena razón por la que deberíamos plantearnos implementar medidas de flexibilidad laboral.
Por una parte, seremos más atractivos como empresa de cara a la incorporación de nuevos trabajadores y optaremos a mejores perfiles, además de que seremos capaces de retener el talento que ya tenemos y disminuir la rotación de personal. También mejoraremos la calidad de vida de todo el equipo, podrán ser dueños de su tiempo y llegar a la plenitud dentro de la empresa. Esto se consigue cuando, además de implementar el salario emocional, tomamos medidas enfocadas hacia la autogestión y la autonomía de nuestros trabajadores y depositamos en ellos la confianza necesaria para que sean libres en la toma de decisiones, pero siendo siempre conscientes de la responsabilidad de esas decisiones.
Gracias a esa autonomía, nuestros trabajadores podrán compaginar mejor su vida laboral y personal, aumentará su motivación y productividad y estaremos fomentando la coordinación y la comunicación entre ellos. Esto último es importante porque cada vez más vemos que las empresas se descentralizan y tienen oficinas repartidas en varios lugares, y debemos procurar tener una buena comunicación interna para que no falle esa coordinación y que toda la empresa tenga el mismo objetivo.
Asimismo, debemos desmentir la asociación entre flexibilidad o teletrabajo y anarquía. La flexibilidad no es anarquía, sino la confianza que deposita la empresa en el trabajador para poder adaptar el trabajo y controlarlo en lugar de que el trabajo lo controle a él. De esta forma, reducimos el estrés y la presión sobre el empleado y fomentamos el buen ambiente laboral, lo que nos diferenciará como empresa.
¿Cómo implementar la flexibilidad laboral y el teletrabajo?
Existen varias formas de implementar la flexibilidad laboral en nuestra empresa. Por ejemplo, podemos ofrecer cierta flexibilidad horaria, como retrasar o adelantar la salida o la entrada al trabajo en función del nivel salarial dentro de la empresa. Es decir, a alguien que lleva bastante tiempo trabajando con nosotros podemos ofrecerle esa posibilidad para que llegue a tiempo a recoger a los más pequeños al colegio o para que llegue con tiempo a jugar a pádel. O, a una persona que llegue a cierto nivel dentro de la empresa, podemos ofrecerle ciertas ventajas en cuanto a la flexibilidad del lugar de trabajo o darle la opción de teletrabajar un porcentaje de sus horas mensuales o semanales.
Todas las opciones son válidas para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y puedan conciliar sus dos facetas vitales. Otra opción es preguntar a nuestros trabajadores qué cambios les gustaría ver o qué medidas les gustaría que se tomasen de cara a ese objetivo, poder encontrar el equilibrio entre la vida profesional y la personal sin que una se coma a la otra.
La clave puede estar en ir dando ventajas a aquellas personas que vayan ascendiendo o progresando en la carrera profesional dentro de la empresa o a las que llevan más tiempo trabajando en ella para implementar el salario emocional, ya que es clave para retener el talento. De esta forma, además de aumentar su motivación, les estaremos transmitiendo un mensaje de confianza hacia ellos y hacia sus aptitudes, además de estar valorando su trabajo y su implicación en la empresa.
También es cierto que sería una buena idea enfocar la implementación de medidas de flexibilidad laboral hacia un modelo de autogestión de los equipos de trabajo, de modo que lleguen a tener autonomía en la toma de decisiones. Un modelo que no se base en jerarquías, sino en colaboración entre personas para conseguir un objetivo común marcado por la empresa mediante el desarrollo y la evolución colectivas.
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