Lo que significa ser un líder

¿Qué es ser un líder? O, mejor dicho, ¿qué es ser un buen líder? Ejercer el liderazgo no es una tarea fácil, eso es obvio. Sin embargo, hay diferentes formas de hacerlo y es importante decidir qué tipo queremos ser. Podemos diferenciar dos grupos: el líder tradicional o controlador y el líder facilitador.

¿Qué es un líder tradicional?

El líder tradicional se basa en las ideas de control y mando y en una forma de operar que conlleva cierta rigidez. Es, normalmente, el jefe de la empresa o departamento, a quien hay que reportarle las cosas que se hacen, quien controla el trabajo realizado y los horarios, el que controla los objetivos. Necesita supervisar a su equipo y todo lo que hacen en su día a día.

Este deseo de control se debe a profundas e importantes resistencias internas alimentadas por nuestros miedos y desconfianza. Miedo al error y a perder el control de la situación, miedo a que no tengamos el mayor éxito posible y, por supuesto, desconfianza en la capacidad de nuestros compañeros.

Un ejemplo muy claro es el siguiente: se trata de una empresa que quiere cambiar, su líder quiere transformarse de líder tradicional a líder facilitador como parte de la transformación Teal que está abordando la empresa.

En este contexto, se incorpora una persona nueva al equipo. Estaba desarrollando bien su trabajo y tenía un informe y opiniones positivas por parte del equipo. Pero alguien le había dicho a este líder que esa persona miraba constantemente el móvil y que parecía que estaba perdiendo mucho el tiempo. Un día, en su papel de jefe tradicional, el líder se centró en controlar a esta persona nueva por esa falta de confianza, en lugar de hablar con él

¿Por qué? Porque tenía miedo a perder el control de la situación. Cuando al final decidió hablar con él salió a la luz lo que realmente pasaba y se dio cuenta de su error: esa persona nueva había utilizado el teléfono como medio de comunicación con otro miembro del equipo que estaba en teletrabajo, en lugar del email o de teléfono fijo, utilizaba WhatsApp para comunicarse. Al final, no estaba haciendo nada malo.

En este caso, un líder facilitador, al detectar esa situación habría preguntado: «Oye, ¿te pasa algo?» o «¿Por qué estás haciendo esto?», «¿Te puedo ayudar de alguna manera?». Se habría resuelto más fácilmente y el impacto positivo habría sido enorme.

Es cierto que esta transformación no es fácil, requiere tiempo, confianza en el equipo y superar el miedo a perder el control cuando se lo cedemos a otros.

¿Qué es un líder facilitador?

Un líder facilitador está detrás del equipo, formando, enseñando, apoyando al equipo, todo lo contrario a un líder controlador. Esto se traduce en que un líder facilitador está por detrás en la jerarquía de la empresa, es decir, los miembros del equipo son quienes están en contacto con el cliente, resuelven problemas, toman decisiones y el líder está detrás para ayudar.

Ante un problema, el líder apoya y deja la responsabilidad de resolverlo la persona de su equipo que ejerce ese rol. Además, este tipo de líder es capaz de crear un espacio conversacional en el que el equipo puede aprender de situaciones que les han pasado a otros miembros o al propio líder, ya que, en una empresa Teal, el líder es un rol al que pedirle consejo u opinión, pero no controla ni exige un reporte continuo.

En resumen, es un líder que ayuda a crecer a su equipo, los anima a reflexionar, sobre todo en la toma de decisiones. Más allá de que la decisión final sea correcta o incorrecta, anima a su equipo a razonar y meditar las decisiones que se van a tomar y les ofrece su ayuda para ello sin esperar una medalla a cambio.

Por lo tanto, ser un tipo de líder u otro es nuestra decisión. Ser un líder controlador nos hará entrar en una dinámica de control sobre todos los aspectos de la empresa que nos puede llegar a generar un estrés innecesario, además de que nos frenará en nuestro desarrollo como líderes y como profesionales de nuestro sector. Sin embargo, siendo un líder facilitador, hacemos que nuestra compañía sea atractiva para las personas que están dentro y las que nos ven desde fuera porque ayudaremos a nuestro equipo a evolucionar y, por lo tanto, a encontrar nuevas fórmulas para mejorar nuestra empresa de cara al futuro.